dimarts, d’abril 21, 2009

Esteve Riera i Gual

.-- “Mi abuelo, Esteve Riera i GuaI, fundó el negocio. Era pàyés de Sant Antoni de Vilamajor y se hacía el pan en su mas de can Riera. Pese a que era el ‘hereu’, un buen día le dijo a su padre que ya había aprendido un oficio y que prefería irse a Barcelona. Le pidió la parte de la herencia que le correspondía y llegó a la capital en 1887. Contaba 20 años y estaba casado con Maria Arqué i Planas, también hija de Vilamajor. Compró la panadería que había en la calle dels Tallers, junto a la Rambla. Pronto comenzó a hacer también bollería, con aquellos típicos . camisants y ensaimadas, aunque no dejó de hacer pan, que era lo suyo. El negocio fue rápidamente a más y tuvo la oportunidad de trasladarse a la Rambla, en la que pronto sería la famosa confitería Esteve Riera.”

(Quien esto evoca es Esteve Riera i Toyos, nieto del fundador de la confitería famosa. Cuando fue inaugurada estaba en el número 131 de la Rambla de Canaletes, donde hoy encontramos la Sastrería Modelo, es decir frente a aquel popular quiosco de bebidas. En 1917 amplió el negocio y ocupó también el número 129, donde hoy hay un joyero. La decoración le fue encargada al acreditado Jaume Llongueras, quien diseñó un mobiliario inspirado en el estilo Renacimiento catalán. Encargó a Xavier Nogués, a Aragay y a Humbert que ornamentaran unos platos y jarrones de cerámica Nogués realizó además un gran plafón, también cerámico, que evocaba las distintas fases de la elaboración del pan. El conjunto era magnífico, tanto que fue distinguido en 1920 con el premio que cada año otorgaba el Ayuntamiento para distinguir al mejor establecimiento comercial. Cuando sobrevino el cierre, Astur Riera trasladó las piezas más importantes de esta decoración al monasterio de Sant Benet de Unges, del que era copropietario).

“El abuelo estaba en el obrador y la abuela en la tienda: atendía a la clientela y también llevaba la caja. Instalaron la vivienda en uno de los pisos del n° 131, Tuvieron varios hijos seguidos: Josep —mi padre—, Rosa y Artur. Se tomaron un respiro, para trabajar con más ahínco, y al cabo de unos años tuvieron los demás hijos: Albert, Maria y Montserrat.”

(Esteve Riera. Confiter i Pastisser. Pa de luxe’: así te anunciaba aquella tienda que no tardó en acreditarse, y no sólo porque entonces la competencia únicamente se redujera al Forn de Sant Jaume y a Llibre y Serra. Y es que en verdad se acreditó sobre todo gracias a la calidad de lo que era la producción típica catalana de la época: el tortell, el bras de gitano y, por supuesto, los dulces. Comenzó entonces a imponerse la moda de los pasteles especiales para celebrar las diades’. El SantJordi, las cocas de las verbenas, las monas por Pascua.)

“Mi padre permaneció en la tienda como peón de confianza y nunca se movió de Barcelona. Dado que el abuelo era renovador e inquieto, mandó a otro hijo, Arturo, a París para que aprendiera confitería. A su vuelta introdujo la nata montada, las lionesas. Arturo fue después a Viena en donde le enseñaron a hacer el pan. Al volver se percató de que era absolutamente necesario mecanizar la fabricación del panecillo. Y el abuelo, abierto. innovador y valiente que había ganado mucho dinero, tomó aquella decisión. Las máquinas de hacer panecillos fueron encargadas a la casa Krupp y a una industria austríaca. Eran las mejores y más avanzadas de Europa. Llegaron a tiempo para ser puestas en servicio en uno de los palacios de la Exposición Internacional de 1929. Hubo una expectación formidable. Mi padre decía que llegaron a fabricar hasta cincuenta mil panecillos diarios. No tenían competencia posible. También introdujeron el pan inglés. Después fundaron, hacia 1915, en la calle de Montsió esquina Avenida del Portal de l’Angel, otra Confitería Esteve Riera. Estaba al frente Antoni Miret, que dibujó la marca de la casa: un confitero tocado con el gorro tradicional y al fondo un paisaje, un conjunto netamente noucentista. Fue siempre mal y se cerró poco antes de la Guerra Civil.

El abuelo había comprado antes de morir el terreno de la calle de Mallorca.”
(Estaba situado en el número 307-309, entre Bruc y Girona. Lo construyeron entre Josep Riera i Arqué y su hermano Arturo en 1923. Al terminar la Exposición instalaron allí la maquinaria —en la parte de atrás; en la delantera, la concha y el frigorífico para hacer bombones—, entre otras razones porque en la tienda de la Rambla no cabía. Podía fabricar unos doce mil panecillos por hora. La decoración de aquella confitería también corrió a cargo de Llongueras, quien encargó a Xavier Nogués y a su esposa Teresa Lostau un plafón cerámico. En el establecimiento de Mallorca realizaron por primera vez en España productos dietéticos. Un toque que confirma el estilo incomparable de la casa lo tenemos en las cajas de bombones, cuya decoración fue encomendada a pintores de la categoría de Olga Sacharoff y will Faber.)

“Mi tío Albert estuvo tres años en Viena para aprender la fabricación del chocolate, cuya elaboración también se hizo a partir de entonces en nuestro obrador, en el que trabajaban especialistas de varíos países de Europa. En aquel entonces no era frecuente que fueran al extranjero a aprender el oficio; la prueba estaba en que algunos confiteros de fama se hicieron en casa. Mi padre también iba a París a comprar objetos de regalo, que entonces se vendían junto con los bombones. Mi padre estuvo al frente de la tienda de las Rambles; los tíos Artur y Albert, en la de Mallorca, en donde también estaba el despacho que controlaba la contabilidad de todos los establecimientos, que fue con fiada a Antoni Miret. Llegamos a tener hasta 80 empleados. Al inaugurarse el Poble Espanyol fundaron otra tienda, que dejamos poco después de la Guerra Civil. Aún sigue abierta y conserva su la misma decoración. Durante la Guerra Civil nuestras tiendas permanecieron abiertas, pero las primeras materias, servidas de cupo, eran poco menos que incomestibles. Mi padre siguió al frente y los obreros le respetaron. Sólo nos fue requisada toda la maquinaria: la fundieron para hacer cañones. En adelante, todos los panecillos se hicieron a mano. Durante la posguerra nuestras confiterías conocieron un gran auge comercial. Yo me incorporé al terminar la guerra. Tenía 17 años. Entré en la tienda de la Rambla. Creo que habría sido mejor aprender el oficio en otro obrador. Lamento que mi padre no me dejara ir al extranjero ni tampoco introducir innovaciones. A medida que subían los costes, otros confiteros preferían mermar la calidad antes que aumentar los precios y vendían igual, lo que contribuyó a un deterioro alarmante. La Nestlé comenzó con su bombonería mecánica hacia el año 46 o 47, y la gente la prefirió porque sus bombones eran lógicamente más baratos que los nuestros, hechos a mano”.

“Quizá esté mal que yo lo diga, pero panecillos de Viena y croisants como los nuestros no los he vuelto a comer jamás. El brazo de gitano, que venía de Francia con nombre y todo, fue introducido por nosotros; los típicos eran de nata o de crema. También dimos a conocer el hojaldre, de procedencia francesa, y la histórica Sacher torte, creada para conmemorar el Congreso de Viena. Creamos el pastel de Sant Jordi, que no tenía nada que ver con el de ahora: un piso era de galleta y otro de mantequilla con chocolate en polvo; encima había caramelo y con un rodillo se hacían unos cuadrados. El 23 de abril se ponía la figura de Sant Jordi y una rosa hecha de mazapán. Jornadas fuertes eran las de las fiestas de Navidad, por los turrones. El Eixample nos varió la clientela de la Rambla. Todo lo que era confitería salía dé la Rambla y lo repartíamos en camionetas. En 1958 cerramos la confitería de la Rambla; en 1960, la de la calle de Mallorca.”

(Los panecillos de Viena no tienen nada que ver con los que impuso Esteve Riera. La fórmula es simple; basta quererlo trabajar, sentencia.)

‘Hoy ya no es cuestión de primeras materias. Es cierto que hacíamos venir de Ucrania el trigo de fuerza, y el blanco, de Canadá, pero hoy se encuentra toda la harina de fuerza buena que se quiera como, en Aragon, la Cinco Villas. Lo primordial es la elaboración. Un panecillo de Viena se compone de huevo, harina buena de fuerza y blanca, mantequilla, un poco de azúcar y lo demás no es ningún secreto: leche y trabajar bien la pasta. Pero escatiman para que les salga más barato y ponen harina de mandioca sin mesura, cuando la de trigo ya no es una materia prima de las más caras. Saldría más caro, pero lo bueno hay que pagarlo. Temen perder la clientela si aumentan el precio aunque la calidad sea mejor.”

(Con los croisants pasa lo mismo.)

“Los croisants los hacíamos por la tarde para ser consumidos a la mañana siguiente. Los poníamos, en bandejas y cubiertos de hilo, en lo que llamábamos la estufa: detrás de los hornos de leña, a una temperatura regular de 20 a 22 grados, lo que hacía subir la masa, Al entrar a primera hora de la maisana, bastaba encender el horno y meterlos. Ahora los hacen sólo dos días a la semana y los congelan.”

(Creo que aquel tiempo no volverá jamás. Tiempo perdido, del que no cabe otra recuperación possible que la crónica.)

Lluís Permanyer
La Vanguardia 13 de setembre de 1987

El consell general de Vilamajor

Que és ?

Una universitat era una col•lectivitat d'habitants d'una ciutat o vila, revestida d'una certa personalitat pública, premunicipal, a la qual eren reconeguts uns privilegis i una certa representació davant el poder reial o senyorial o davant tercers. Equivaldria a un municipi actual.

El consell de la universitat era l’òrgan gestor de la col•lectivitat. Representava a tots els seus habitants, els ajudaven a resoldre problemes però a la vegada contribuïen al seu sosteniment. Eren els interlocutors o intermediaris entre els habitants de la universitat i la resta del món, i viceversa.

Quines atribucions tenia?

1. Aprovació de la insaculació del càrrecs i oficis municipals.

Els Reials Privilegis atorgats a la universitat de Vilamajor determinen que, cada tres anys, el dia de Sant Andreu, 30 de Novembre, el Consell General ha de procedir a la insaculació o procés de selecció dels candidats a exercir un càrrec o ofici, controlar què el sistema es fa correctament i l’aprovació dels candidats que participant en la insaculació.

2. En funció de les necessitats de la universitat, podien constituir nous oficis o organismes dependents i vinculats al govern municipal. Establia la seva durada, el seu salari i les seves funcions.

La majoria de la població era analfabeta. Molts pocs eren els capacitats per llegir i escriure. Entre ells es trobava el mossèn. No ens ha d’estranyar però, que a part de les seves funcions eclesiàstiques, exercissin altres funcions com les de secretari del mateix Consell General, de notari tal com consta en molts dels testaments que es feien en aquella època i que ens ha arribat a les nostres mans, i la de mestre amb la clara missió d’intentar que els nens i nenes, i molt segurament algun adult, aprenguessin el noble art de la lectura i escriptura. Aquesta funció es veia gratificada de dues maneres: amb la satisfacció de poder donar un servei als altres i, segurament la més important, per què eren feines ben remunerades.

La marxa de la universitat del prevere mossèn Francesc Bou va provocar que el 8 d’abril de 1689, el consell general aprovà que es contractés a un mestre amb les mateixes condicions econòmiques que tenia el prevere i amb l’obligació de donar classe durant tres mesos a Sant Pere i els altres nou mesos a Sant LLeir .

3. La contractació de persones especialitzades per exercir una feina concreta.

Els metges solien exercir les seves funcions en les grans viles on la població estava concentrada, el que li permetia atendre més clients en menys temps. Els pobles més petits o aquells on la majoria de la població fos disseminada, com és el cas de Vilamajor, si necessitaves a un metge, i tenies diners, havies de desplaçar-te a grans distàncies (tenint en compte els mitjans de transport que hi havien) i, en cas que hagués una urgència, el temps de resposta mèdica era molt llarga.

Per evitar-ho, el Consell de la Universitat decidí contractar els serveis d’un metge, en Joan Carbonell, doctor en medicina el 10 de Juliol de 1687.

4. Adquisició de patrimoni.

El 7 de gener de 1685 el Consell General mostra interès per l’adquisició de la casa que Magí Astor, sastre de Barcelona, té en un carrer de la Vilanova de Vilamajor.

5. Ratificar o derogar les ordenances municipals.

El Consell General determina, a partir de 20 de novembre de 1691, com s’han de situar les banderes i el pendó en les processons. L’ordre serà: el pendó, la bandera de la Nostra Senyora, la bandera de Sant Pere i en darrer lloc la bandera de Sant Isidre. Si la festa o processó fos dedicada a un Sant, la bandera que el representa anirà en segon lloc, després del pendó.

Donat que la confraria de la Nostra Senyora del Roser està encapçalada per un pagès i un menestral, es decideix que el primer escolleixi entre portar el pendó o la bandera. L’opció no escollida serà pel menestral.

6. Reforma o defensa dels privilegis atorgats.

El 27 de març de 1393, el Rei Joan I, des de Tortosa atorga que els veïns de Vilamajor, El Fou i Santa Susanna, puguin gaudir de tots els privilegis, llibertats, gràcies, franqueses, usos i costums que han estat concedits a la ciutat de Barcelona i per això són carrer i bras de dita ciutat.

El 15 d’Octubre de 1690, el Consell general decideix contractar els serveis d’un advocat per què els assessori si la Universitat té dret, com a bras i carrer de Barcelona, a tenir fleques, tavernes i altres arrendaments com a la ciutat comtal.

7. Nomenar representats per la defensa dels interessos de la Universitat davant d’altres institucions.

El 11 de gener de 1688, com la Universitat no té prou diners pels soldats, s’envia a Granollers a Francesc Tapias i Miguel Mora, jurats del Consell per negociar –ho amb el Capità.

8. Aportar homes, bestiar o estris necessaris per la defensa de Catalunya.

El 1690, l’exèrcit francès entrà en territori català i ocupà Ripoll. Donat que és tracta del primer pas per la presumpte ocupació de Catalunya, el monarca espanyol decideix enviar un exèrcit.
El manteniment de dit exèrcit anava a càrrec de les diverses universitats de Catalunya les quals aportaven, en funció de la seva població, una determinada quantitat de gra. El total recollit es va emmagatzemar a la vila de La Garriga al voltants de la primera meitat de l’any 1691.
Els sotsveguer del Vallès, Narcís Anglasell, envià una ordre al
consell de Vilamajor el dia 22 de juny de 1691 demanant que els hi enviïn a La Garriga deu animals grossos, que s’han d’entendre per animals de càrrega i arrossegament com ases, cavalls…etc., per transportar el gra fins a Ripoll.
Donat que la universitat de Vilamajor considera que és una gran demanda, envien a Isidre Montaner fins a La Garriga per ajustar-se amb el sotsveguer i intentar reduir la quantitat.
El problema no era tant tenir-los sinó trobar-los. El sistema que s’emprava era el de lloguer del bestiar amb la condició que si l’enemic l’arrabassava, la Universitat els hauria de pagar. Per saber-ne el total de cavalcadures que hi ha al terme, es decideix fer-ne un llistat.
El 3 de juliol de 1691 hi ha La Garriga quatre cavalcadures enviades per Vilamajor. Molt poques, segons apreciació del sotsveguer del Vallès el qual demana més.
El consell de Vilamajor decideix enviar totes les cavalcadures possibles que s’ajustin a un lloguer d’un real per dia. Només es poden trobar dues les quals s’envien el 8 d’agost de 1691.
Malgrat les dificultats per trobar-ne més i la mancança de diner que hi ha, Narcís d’Anglasell demanarà cinc cavalcadures més. La universitat diu que es portaran les que es pugui al menor preu possible.

9. També havien de determinar les represàlies contra persones que haguessin atemptat contra l’honra, els privilegis o interessos de la universitat.

El 21 de Desembre de 1685, el Consell pren la decisió de prendre les mesures oportunes, civils o penals, contra Joan Llinàs, ciutadà de Barcelona, per què pagui el siquanté i les talles endarrerides.

10. La imposició de col•lectes extraordinàries

El Consell General obtenia el seu finançament a través dels censals obtinguts dels arrendaments dels monopolis reials (carnisseria, taverna, molí, etc.), però quan s’havia de fer un pagament extraordinari, el qual la Universitat no podia fer front, es feien les talles (Llista dels habitants d'un poble o país, feta especialment a efectes tributaris) o dit d’una altra manera, es feia una derrama entre tots els habitants de la Universitat.

El mateix Consell encarregava les funcions de recaptar els diners als corregidors, que eren jurats de la Universitat.

El 20 de gener de 1686 degut a què la Universitat es troba exhausta de diners i s’han de fer els pagaments, abans de cent dies, al soldats, decideixen imposar una talla de 200 lliures, essent escollits corregidors Jaume Estaper, Jaume Negre i Miquel Mora.

11. Cridar a lleves

Les lleves eren sol•licitades pel virrei opel governador als consells municipals, que eren els que les executaven en darrer terme establint-ne les condicions. La lleva comportava la pèrdua de braços i la pèrdua de diners donat que el manteniment i l’armament del soldat anava a càrrec de la universitat. El problemes que tenia moltes vegades els consells per fer les lleves donat que no hi havien voluntaris, i quan es feia a sorts els que sortien fugien. Normalment després d’una lleva venia una talla o un censal per refer les arques municipals.

El 12 de Setembre de 1689, els sotsveguer del Vallès ordena al Consell que cridi a lleves a 20 persones de la Universitat de Vilamajor. El Consell decideix que són molts homes i que només enviarà a 10 homes entre Vilamajor i Cardedeu.

12. Allotjar i pagar als soldats

Les constitucions de Catalunya obligaven a donar als soldats llit, taula, llum, servei, sal, aigua i vinagre. A part s’havien de fer càrrec dels animals i haver-los de donar un ral diari mentre el pa seria a compte del rei (sistema Llombardia). El capità tenia dret a una ració de 5 persones, l’alferes de 4, el sergent a la de 3, el caporal a la de 2 i el mestre de camp a la de 16, i a cada soldat de cavalleria un quart de civada o d’ordi i palla suficient cada dia pel cavall.

El 10 de Març de 1686, el tinent ofereix al Consell allotjar a tres ”desmuntats” (infanteria) a canvi del dos soldats, que es trobem amb la seva família. El Consell accepta donat que els suposa tenir menys càrregues econòmiques.

El 20 d’abril de 1687, el Consell informa que ha tingut coneixement que un capità, juntament amb la seva companyia de soldats, es dirigeix cap a la Universitat per allotjar-se. Es delibera que Pere Pau Soler vagi a Barcelona i negociï amb el capità per què no vingui a la Universitat. En cas que vingués, el seu allotjament serà a can Canal.

13. Aprovar pagaments extraordinaris.

El 8 d’abril de 1685, el Consell aprova que es faci el pagament dels allotjaments dels dos soldats que es troben en Alfou i que porten vivint allà temps i que no tenen intenció de marxar.

14. Aprovar els arrendaments dels oficis municipals.

El 18 de Març de 1685 s’ha aprovat fer l’arrendament de la carnisseria amb les condicions establertes en pactes anteriors.

15. Distribució i repartiments de les aigües i de les pastures de la Universitat.

El 26 d’Agost de 1685, el Consell General fa un repartiment de les aigües i de les pastures entre diverses persones.

16. Convocar al somatent

Entenem com a somatent com cos de gent armada no pertanyent a l’exèrcit que es reuneix en un moment donat per perseguir els criminals o defensar-se de l’enemic.

El Consell General és l’encarregat de cridar a somatent quan es dóna una de les circumstàncies anteriorment explicades. Així, el 4 d’abril de 1688 es crida al somatent causa de la disputa entre un soldat i el seu amfritió. Centenars de pagesos de diferents viles d’Osona i el Vallès van marxar cap a Mataró, localitat que havia transigit en les contribucions a la guerra. Va ser la guerra de les gorretes o barretines.

17. Autoritzar qualsevol obra pública d’envergadura, com camins i pont, que suposin unes despeses extraordinàries.

El 1 de Desembre de 1680, s’acorda construir un pont de pedra que travessi la riera de Vilamajor, en substitució de la passarel•la de fusta existent. El Consell manifesta que cal fer aquesta obra donat que en el darrers 50 anys la riera s’ha enfonsat dues canes (mesura catalana que equival a dos passes o sis peus) el que provoca que el seu pas, a través de la passarel•la existent, sigui dificultós, tant pels feligresos que volen anar a missa o processos (algunes persones ja han caigut a la riera), com pel transport dels difunts, que en dies de riuada han hagut de ser enterrats a Sant Lleir.

Com funcionava?

1. La legislació l’obligava a que la convocatòria del Consell fos pública.

Podia assistir qualsevol persona amb veu però sense vot. Com a curiositat cal esmentar que sempre són homes. No s’ha trobat cap referència a cap dona ni com a membre del Consell ni com oïdora.

2. Normalment s’efectuava els diumenges

La raó és molt senzilla. Si es volia la màxima participació en els Consell calia cercar un dia on la majoria de població es reunís, i quin millor dia que el Diumenge, dia de missa obligada per a tots.

S’ha de tenir en compte que Vilamajor era molt extens amb una majoria de població dispersa. Haver d’anar a una reunió del Consell significava, per alguns, un llarga caminada, traient-li un temps, segurament indispensable, per les seves feines de pagès .

Per tot plegat, les reunions del Consell es solien fer, de manera ordinària, a la sortida de la missa del Diumenge.

3. Lloc on s’efectuava

No existia un lloc físic específic on el Consell es reunia, com ara podria ser l’Ajuntament. Havien d’aprofitar l’únic lloc considerat comunitari: l’església.

En la gran majoria d’ocasions, el Consell es reunia en la sagristia de l’església de Sant Pere de Vilamajor, encara que alguna vegada i molt puntualment, es va realitzar a la sagristia de Sant Lleir.

4. El nombre de reunions era variat.

No hi havia una periodicitat establerta. Es convocava el Consell cada vegada que hi havia un tema a tractar. En èpoques difícil hi havia més convocatòries que no pas en anys de calma.

5. Havia d’haver un nombre mínim d’assistents.

Per raons que desconec, però que per lògica poden ser atribuïdes a enfermetat, feina o desídia, no sempre anaven al consell General tots els càrrecs convocats. Hi ha nombroses referències en el llibre d’actes a reunions del Consell que han hagut de ser suspeses per manca de càrrecs.
A l’acta del dia 30 de gener de 1690, es pren la següent deliberació: “I per quan en tots els consells falten sempre moltes persones i es per això que es deixen de fer moltes deliberacions, i per aquesta raó han deliberat que tots els que avisat faltaren al consell, a més de les penes arbitràries de l’honor siguin multats i destinar-ho per a despeses de la universitat”.
Per qui estava format?

El Consell General es trobava format pels següents membres:
.
a. Un jurat en cap o primer: era la màxima representació de la universitat i s'encarregava de gestionar-la d'acord amb el consell. Seria el que avui en dia coneixem amb el nom d'alcalde
b. Un jurat segon i tercer: substituïen al jurat en cap en cas d'absència per qualsevol circumstància. Avui en dia rebren el nom de tinents d'alcalde
c. Un consell de pagesos format per 6 persones: eren els representats d’aquest grup econòmic, majoritari a Vilamajor.
d. Un consell de menestrals format per 3 persones: eren els representants d’aquest grup econòmic, minoritari a Vilamajor.
e. Els 3 jurats del Consell General de l’any anterior: la seva presència respon a la seva experiència i l’assessorament sobre aspectes que van deixar a la seva legislatura.

En total 15 persones

Les institucions catalanes

Catalunya es trobava sota la tutela de la monarquia espanyola. El màxim representant del Rei a casa nostra era el virrei o lloctinent o capità general, el qual tenia plenes competències en la jurisdicció civil, criminal i administrativa.

En un grau inferior trobem els veguers que representaven la jurisdicció del districte o vegueria, els quals eren nomenats pel Rei per exercir el seu càrrec per un temps de tres anys. Les seves funcions eren judicials, administratives, locals i governatives, policials i militars, entre d’altres. Algunes vegueries eren tant grans i per tant, tant difícils d’administrar, que es dividien en sotsvegueries, les quals estaven comandades pel sotsveguer.

Les vegueries i sotsvegueries es trobaven formades per les universitats o municipis, els quals tenien el batlle com a representant del Rei exercint les funcions que els Reials privilegis li havien atorgats. A Vilamajor entenia de causes civils i criminals sempre que el reu no hagués de sofrir pena de mort i mutilació, i a més era el recaptador de tributs. Fins el 1377 hagué un batlle per tot el terme de Vilamajor, inclòs Cardedeu, però a partir d'aquesta data s’escollien un per cada població o universitat

El batlle depenia de la batllia general, tenint al capdavant el batlle general, que era un oficial del Rei amb caràcter perpetu. Sota la seva tutela es trobava el Reial Consell de la Batllia General formada per advocats, un procurador fiscal i escrivans. Entres les seves atribucions es trobava l’administració central del fisc reial i vetllar per la conservació dels interessos reials respecta tots els béns. Fiscalment controlava el dret de pes del rai, les taxes derivades del trànsit i transmissió de certes mercaderies. Administrativament autoritzava l’obertura de carnisseries, fleques, hostals, tavernes, ..etc, i llicències per edificar en places i vies públiques.

La Reial Tresoreria, formada pel tresorer general i el regent de la tresoreria intervenien en l’atorgament i concessions als municipis d’imposicions que afectessin el reial patrimoni.

Finalment hi havia el mestre racional de la Cort del rei que era la màxima autoritat de l’administració financera reial i controlava tota la gestió financera de tots els oficis reials. En nom seu, el lloctinent de mestre racional és el que rebia i procedia a la revisió dels comptes dels béns del patrimoni reial a Catalunya.

La universitat de Vilamajor formava part de la sotsvegueria del Vallès la qual depenia de la vegueria de Barcelona, que a voltes es trobava inserida en el virregnat de Catalunya.

Malgrat tot, l’estructura de l’administració reial tenia limitada les seves competències ja que es trobava supeditada als Reials Privilegis atorgats i els quals eren defensats per les corts catalanes delegades en la Generalitat de Catalunya.